Desde 1990 y de manera continua, el Instituto Nacional de Telecomunicaciones INSTEL ha liderado en el Valle del Cauca los procesos de formación de nuevas voces, preparando el camino para que nuevos talentos logren con propiedad y conocimiento engrosar tanto las emisoras de radio como los canales de televisión con su aporte valioso extraído de cada uno de los instructores quienes paciente e incansablemente entregan sus conocimientos con dedicación, honestidad y esmero a quienes van a ser los nuevos protagonistas de los medios de comunicación.
La trayectoria de INSTEL en Cali es por todos reconocida, especialmente por la gente de los medios quienes han sido testigos de excepción de su constante crecimiento.
Algunos antecedentes históricos en la capital del Valle del Cauca demuestran que hubo intentos en la década de los ochentas por establecer una academia de comunicaciones; en este sentido se puede mencionar a la Academia de Locución del Valle en 1984, co-dirigida por Aleissy Lasso Agredo, Jorge Isaac Tobón e Iván Darío Rojas. Posteriormente, el antioqueño Jorge Isaac Tobón incursionó solo en 1986 con su Centro de Comunicaciones del Valle, CECOV y luego de su efímera existencia surgió en 1988 la Academia de Comunicaciones Carrusel bajo la dirección de Diego Fernando Ruíz.
Mucho más atrás solo se destacan esfuerzos de algunos comunicadores reconocidos tales como Rafael Medina Corrales y Gerardo Gutierrez Fonthal, José Pardo Llada y Evaristo Bugayo Juliao (todos ya desaparecidos) quienes organizaban con alguna frecuencia cursos breves de ilustración sobre la radio, pero sin ninguna profundidad, más con un ánimo informativo y comercial.
El año 1990 marca el nacimiento jurídico de INSTEL. Era necesario que Cali y el Valle del Cauca contaran con una entidad seria, organizada y de proyección para garantizarles a los medios locales voces frescas, bien formadas y gente talentosa que continuara la labor que los locutores y periodistas empíricos venían haciendo en forma admirable pero poco técnica.
En ese entonces, la Academia Carrusel dio el primer paso para consolidar una institución ajustada a los principios generales de la comunicación para medios audiovisuales; infortunadamente el desconocimiento en el área de los medios de quienes lideraban a Carrusel y los propósitos mercantilistas conque se manejó la entidad provocaron su prematuro final, justo cuando muchos empezaban a entender que para brillar en Radio y Televisión era necesario estudiar esta área y romper de este modo el empirismo.
Recopilando los aciertos de la Academia Carrusel y con el ánimo de corregir sus errores, un grupo de jóvenes comunicadores liderados por Aleissy Lasso Agredo entendieron que ese era el momento oportuno para reiniciar la labor académica y que estaban dadas las condiciones para crear una institución verdaderamente sólida, confiable y digna para formar de manera responsable a las nuevas generaciones de Comunicadores Sociales Técnicos.
Desde su modesta sede en el barrio San Fernando al lado del Estadio Olímpico Pascual Guerrero en la que durante diez años se consolidó como institución líder, hasta nuestros días, La Universidad de la Voz ha demostrado con toda su tecnología y métodos propios diseñados por su Director General, ser una entidad educativa pujante que contribuye a la evolución sugerida por el siglo XXI y está dispuesta a perpetuar la calidad de las voces que a diario escuchamos en las distintas emisoras del dial o vemos en la televisión local y nacional.
En un comienzo, al lado del Director General impulsaron la construcción de INSTEL profesionales de los medios tales como Henry Arias, Orlando Sinisterra y Fernando Pérez. Junto a ellos, un buen grupo de colaboradores de renombre como Jaime Echeverry Loaiza, Jorge Torres, José Torres, Jhon Maro Rodríguez, Clemencia Franco y Paola Andrea Arenas, desarrollaron una interesante labor como docentes.
Algunos de éstos últimos recientemente han conformado nuevas escuelas de locución aportando de este modo su contribución con la preocupación de INSTEL de perpetuar la calidad de los medios colombianos.